RELATO 3: VOLDEMORT ANTES DE LA BATALLA FINAL
Eran las nueve de la tarde en la mansión de los Malfoy;
Voldemort, Lucius, Draco, Greyback y otros mortífagos se hallaban en el salón
principal de la mansión. Todos mantenían la atención hacia el discurso que
estaba pronunciando Voldemort.
Estamos reunidos aquí para tratar un tema de vital
importancia –dijo Voldemort, mirando seriamente a todos los presentes, mientras
acariciaba a Nagini-. Sé que se os ha escapado Potter en la cámara de Gringotts
de Bellatrix, robando algo muy preciado para mí, y viendo que ya no puedo
confiar en algunos de vosotros, he decidido actuar por mi propia cuenta.
Pero mi señor, no pudimos atraparlo con el dragón de por
medio –contesto Lucius-
¡Acaso no sois capaces de detener a un dragón! –dijo
con voz furiosa Voldemort-
Fue ese duende el que les ayudo a salir –dijo
señalando con un dedo tembloroso a Griphook-
¡Avada Kedavra¡ -apuntando hacia Griphook, la
maldición asesina golpeó contra el pecho del duende, dejando su cadáver tendido
sobre el suelo, junto a los de algunos mortífagos que custodiaban la cámara de
Gringotts y otros duendes- ¡Que esto os sirva de ejemplo para cualquiera de vosotros!
Se levanta del asiento principal de la mesa, donde estaban
reunidos, y se dispone a caminar a lo largo de la sala, mientras continúa con
su discurso.
He recibido información de que Harry Potter ha regresado a
Hogwarts, gracias a Severus, durante los últimos minutos mientras estaba con
vosotros –caminando y vigilando a Nagini-. Visto que tenemos acorralado al
ratón dentro del cebo –refiriéndose a la situación de Harry- me veo obligado a
organizar un plan estratégico, con dos partes, en el cual la primera se buscará
a Potter en el castillo y en la segunda se entrará en combate, si es necesario,
para que yo pueda coger al chico.
Pero no será peligroso, mi señor, sin saber ni siquiera el
paradero de la Orden del Fénix –contestó con voz temblorosa Lucius-
¿Crees que después de todo van a venir a ayudarlo? ¿Crees que
se atreverán a enfrentarse a mí? Lo dudo muchísimo, Lucius, él está solo, lo
han abandonado –con una sonrisa malévola en el rostro- como él los ha
abandonado.
Tras un silencio sepulcral, Voldemort se dirigió hacia
Colagusano
Colagusano, tráeme un mapa del castillo, si no te importa, de los que Severus me trajo
para esta ocasión –dijo señalando a
Colagusano con la varita-
Colagusano se levantó y se dispuso a buscar el mapa en el
cuarto que había a la derecha de la sala,
más tarde, regresa con el mapa en la mano de metal que le concedió
Voldemort unos años atrás.
Aquí tiene mi señor –dijo Colagusano, temeroso, dejando el
mapa encima de la mesa-
Perfecto, ahora nos dispondremos a organizar el asedio a
Hogwarts –abrió el mapa- Aquí –dijo señalando a la parte delantera del
castillo, correspondiente con el gran lago- estarán todos los mortifagos, los
gigantes y las arañas dispuestas a atacar en cuanto yo se lo ordene. En este lugar –señalando en el extremo donde se
localiza el final del puente colgante- estarán Greyback y sus carroñeros preparando
un asalto que les dejará aislados –dijo sonriendo-. En unas horas lanzaremos el
ataque. Preparad el ataque de inmediato.
Mi señor, es posible que mi hijo corra peligro durante el
asedio –dijo Lucius con tono nervioso- ¿podría avisarle del ataque para
evitarle cualquier peligro?
Tu hijo se vale por sí mismo, Lucius, no necesitará de los
cuidados de su padre mientras tenga agallas para enfrentarse a quien se le
oponga, ¿verdad?
Sí, señor –dijo Lucius agachando la cabeza-
En tan solo unas horas Hogwarts se convertiría en un campo de
batalla entre el bien y el mal, una batalla que será la causa de un antes y un después
en lo que se conoce como mundo mágico.
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